miércoles, 27 de febrero de 2013

Todo parece nefasto, infame, nada parece ser claro, lindo... ¿Por qué? ¿Por qué debe de ser todo tan difícil? PARA.
Para... solo detente... y escucha mi voz, y cierra tus ojos, y déjate llevar, por el deseo oscuro de la libertad, de aquello que solo puedes atisbar en su suave e inocente silencio. Huir dicen que es de cobardes... pero evadirse de aquellas cosas que hacen daño no debe de ser de cobardes, solo piensa en otro amanecer, en la montaña imponente que renace tras el horizonte cada mañana, en la brisa al cambiar de dirección, en l volar de una nueva ave en cielo abierto. Olvida los edificios, aquello que te retiene, aquel gris, la humedad de las esquinas, olvida a la gente, olvida aquello material, vete, lejos, huye. Acaricia los troncos de los árboles  admira el rubor del cielo, escucha el susurro del río y del batir de alas, el crujir de las ramas tras los roedores y criaturas míticas de los bosques... Corre, chilla, ríe... siente todo el poder de aquello que te rodea. Convierte el murmullo de tu alrededor en música, aprende a abrir tu mente a un mundo de emociones y sentimientos, cierra tu mente al aborrecedor sonido del motor de un coche, cierra tu mente a los complejos de la sociedad. Quítate la ropa, muestra tu ser, muestra tu yo, ¿No te quieren? Claro que si, pero no lo saben, ¿No te quieres? Te quieres, te amas, un perfecto ser en perfecta armonía con su alrededor. Recorres todo, te pierdes, encuentras muchas cosas, aprendes sobre mundos, pierdes sobre fronteras, ¿que es una bandera? Un símbolo de opresión. Esto está prohibido, aquí un muro se convierte en un puente, aquí las banderas son destruidas por los guardianes, los insultos son atragantados de besos de ninfas, las miradas de repugnancia son sustituidas por miradas de complicidad, todo es grande, no hay nada pequeño, nada que sea menos que.

No es posible... no puede ser posible, yo sigo levantándome cada mañana con el sonido de un aparato electrónico, sigo pisando asfalto y yendo un sitio donde la gente es reprimida, donde te miran por encima del hombro... PARA
Te dije que cerraras los ojos, lo hiciste? Si. ¿Y qué viste? Cosas maravillosas.
Ábrelos...
Solo te veo a ti.
Piensa. Piensa de nuevo en todo aquello que te di a ver, a explorar. No, no cierres los ojos, solo piensalo...

Y una gota calló de tu ojo, y una sonrisa asomo a tu boca.
Si puedes verlo, ¿qué más dará esto?
Y juntos atravesamos... la barrera.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Os saludo pequeños humanoides!

En un recodo de tu largo camino se esconde una estela plateada, la cual solo puede atisbar una mísera parte de tu ser, lo bastante fuerte como para darte cuenta de su poder, algo te atrae hacia aquella estela tan extraña que osó cruzarse en tu largo camino. Pero tu camino era demasiado insulso, demasiado infestado de recuerdos negros, de maldiciones proclamadas a los cuatro vientos, de sueños imposibles, metas inacabadas... aquella estela es tu curiosidad, la curiosidad... ¿Puede llegar a ser peligrosa? Qué más dará, la estela es peligro, es aquello que te desvía del camino, lo que te hace gritar de placer y de agonía, aquel amor sin sentido que te vuelve loco pero que jamás podrás dejar, aquel atisbo de ilusión... la estela es aquello a lo que nosotros llamamos aventura. La aventura nace en nosotros desde el primer momento en el que nuestros ojos se acostumbran a nuestro alrededor. Quizás esta no se aparezca en aquel camino, el sendero que es la vida, tan programada... tan aburrida... ¿por qué será tan "de lunáticos" intentar verla de otro modo?

¿Te acuerdas de aquella mujercita que te vendía lotería tras la esquina? ¿Por qué no puede ser una malvada bruja que espere su turno para echarte un mal de ojo? O quizás recuerdes las risotadas de aquel borracho mientras se bebía su cerveza en el bar de enfrente, ¿por qué no puede ser un maldito orco que no sabe controlar sus deseos alcohólicos?  Quizás confundamos lo que veamos, quizás aquello que veamos... no sea realmente lo que vemos, quizás estemos todos ciegos. ¿Por qué no abrir nuestros ojos a la aventura? Irreal, real... son conceptos demasiado abstractos a mi entender; y demasiado aburridos a mi parecer.

¿Por qué no transportaros a mundos inhóspitos en que lo real es lo que creéis que es irreal? Un mundo en el que podamos huir todos cuando aquel que creemos que es real se nos haga una carga sobre nuestras espaldas. Por ser el mundo real no significa que tengamos que acostumbrarnos, ¡podemos divertirnos!

¿Loca? ¿Infantil? ¿Fantasiosa? Gracias, me alagáis.